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Reflecciones Sobre Mi Estancia en España

Reflecciones Sobre Mi Estancia en España Convirtiendo un lugar desconocido y extraño en un hogar cómodo y personal es un proceso que requiere todas las emociones, y para mí, unas emociones que ni siquiera sabía que tenía. Después de cuatro meses viviendo en un país en que cada día llegaba a ser más familiar y más especial, me siento un compartido de deseos que no están de acuerdo uno con el otro. Un lado quiere añadir más a esta estancia para acumular mi aprendizaje de lo que ya he aprendido pero otro lado tiene impaciencia para regresar a todo familiar y conocido. He aceptado que estoy saliendo de aquí muy pronto, pero sé que cuando regreso, todavía voy a sentirme como extranjera de nuevo, como no me acomodo en ningún lugar perfectamente. Entiendo que todo esto es solo una parte integral de la experiencia porque es muy importante aprender como acomodarse y sentirse hasta que se siente como se pertenece y que se había hecho una buena decisión salir tan lejos de casa. Para mí, pienso que nunca voy a pensar en la misma manera como antes, y mis hábitos de ver culturas diferentes han cambiado para siempre.
Aquí he visto las diferencias entre mi país y España en aspectos culturales, políticos, y demográficos. Nunca he vivido dentro de una ciudad aunque vivo afuera de la ciudad de Nueva York. Tenía que utilizar toda mi paciencia a veces para que no me estuviera enfadada con todo el ruido, tanta circulación, y muchísimas personas rodeándome siempre. Ahora, no me molestan mucho todas las consecuencias de vivir en una ciudad y en vez de verlas como aspectos negativos, los veo como pedazos naturales de la sociedad que me disfruta observar como un espectáculo porque siempre hay algo interesante ocurriendo.
Cuando llegué aquí pensaba que sería imposible vivir independientemente sin la ayuda de mi madre y todos los electrodomésticos necesarios como el lavaplatos o la secadora, pero aprendí hacer todo para mi misma como cocinar, limpiar, y navegar por la ciudad para buscar todo que necesitaba. También estoy más consciencia del uso del agua y la electricidad porque mi señora conserva todo. Es una pena que hay demasiado personas en los EEUU que usan la energía a la ligera porque nuestra vida en América es básicamente una vida de abundancia y a veces aquí me he sentido como una mima cuando estoy molestada por cosas que son menos complacientes. En realidad, ojalá tuviera más tiempo aquí después de mis exámenes finales porque está última semana he tenido tanto estrés y es un sobrecargar de emociones en combinación con las de salir. De hecho, he pasado toda la semana en mi habitación o en la escuela estudiando y hay muchísimo para disfrutarme que todavía no he visto ni experimentado aquí.
En referencia de mis clases aquí, eran muchas más difíciles que pensaba, y a veces estaba convencida que no podía hacer todo el trabajo. Nunca en mi vida he pensado que podía escribir ensayos de diez páginas en español ni leer nueve obras españolas de teatro con tanta comprensión. Aún pensando a veces que teníamos demasiado trabajo a la vez, estoy muy satisfecho con el progreso y las realizaciones que he experimentado. Otros obstáculos que encontró pero ya aprecio incluyen no teniendo Internet en casa ni programas de televisión familiares. Estos malgastas de tiempo siempre habían sido problemas para mi y estorbaban la productividad de mi trabajo, pero he aprendido hacer mi tarea con mucha más eficiencia.
Quizás el problema que encontré más grave en mi estancia aquí era la barrera de la lengua. Pensaba que hablo español bastante bien, por lo menos para explicar la idea de lo que quiero decir, pero a veces encontré algunas personas que no podían entenderme y no tenían mucha paciencia. Eso fue algo muy desalentador para mí, y además, me puso agitada cuando unas personas insistían hablar en inglés cuando lo reconocieron mi acento. Pero al contrario, también había las personas quien me dijo como bien hablo y que estaban impresionados. Lo que me he gustado más es cuando voy a los lugares que visito con mucha frecuencia y los dueños me dicen como he mejorado, que siempre me inculca un poco de confianza.
No hay ninguna duda que regresaré a España en el futuro, con tal de que tenga suficiente dinero para cubrir todos los gastos. Tengo mucha ilusión continuar mi aprendizaje de la lengua y a ver si retengo mi habilidad hablar cuando regreso a Middlebury porque he matriculado en otra clase de Español para “January-term.” Esta experiencia aquí me ha alentado continuar perfeccionar español para que pueda ser maestra del lenguaje excepto que decida enseñar inglés como una lengua segunda a chavales españoles.
Mi semestre en España no sólo me ha dado la oportunidad de vivir en un país llenado de cultura y emoción pero también podía evaluar por primera vez mi vida en los EEUU desde afuera y me di cuenta todo que doy por sentado. Sin embargo, necesitaba la posibilidad entender tanta suerte tengo para asistir una universidad tan prestigiosa, venir de una familia con tanto apoyo, y tener amigos que me echan de menos en mi ausencia. Sin duda, nada más regresar a los EEUU, echaré de menos mi señora Montse, el calor del metro, el fenómeno del Corte Inglés, las delicias de la Calle Serrano, y sobre todo, la vida que he creado aquí poco a poco con tanto éxito que casi no recuerdo otra manera.

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